Fue una de las grandes figuras de los escenarios argentinos y líder del grupo musical-humorístico Les Luthiers.
A través de un comunicado emitido por los integrantes del grupo, se dio a conocer la noticia que conmovió a todo el país. «Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, Marcos, nuestro compañero y amigo, finalmente partió», comienza diciendo el comunicado, en el que, además, rinden un homenaje a su profesionalismo, su presencia en el escenario, su respeto por el público y su compañerismo.
Marcos Mundstock había nacido en Santa Fe, el 25 de mayo de 1942. Hijo de inmigrantes judíos asquenazíes que emigraron a Argentina en 1930, pronto se mudaron a Buenos Aires, en donde el pequeño Marcos pronto tomaría contacto con la música, a través de arias de ópera, canciones napolitanas y cantos litúrgicos de sinagoga. Dada la precaria situación económica de su padre, relojero de oficio, no tuvo oportunidad de estudiar música, algo que intentaría ya de adulto, sin demasiados frutos.
Egresado del ISER (Instituto Superior de Radiodifusión) como locutor, sus inicios fueron en radio y como locutor publicitario, lo que haría durante poco tiempo, dado que pronto llegó la oportunidad de conocer a quien fuera el fundador de Les Luthiers, Gerardo Masana, por aquel entonces estudiante de arquitectura, Daniel Rabinovich, estudiante de Derecho, Jorge Maronna, estudiante de Medicina y Carlos Núñez Cortéz, estudiante de Química. Ese sería el comienzo de una carrera dentro del grupo, que lo llevaría por el país y el mundo, junto a los otros miembros del grupo y el personaje creado por él, Johan Sebastian Mastropiero.
Dueño de una presencia única en el escenario, junto a un timbre grave de voz que lo distinguía de entre los demás integrantes, Marcos Mundstock supo combinar con maestría sus dotes de locutor, cómico y actor, desplegando ante el público un magnetismo y sentido del humor como pocos.
Pero el talento de Marcos Mundstock lo llevaría a realizar diferentes apariciones en televisión, como también a actuar en el cine, en películas como «No sos vos, soy yo», en la española «Torrente 3», en «El cuento de las comadrejas» y puso la voz a un personaje de la celebrada película argentina de animación «Metegol».
Una de tantas anécdotas y que ponen de manifiesto su alto sentido del humor y su enorme genio inventivo, da cuenta que una vez que interrumpió una ponencia en el Congreso Internacional de la Lengua para lanzar al público presente esta reflexión: “La expresión ‘me importa un bledo’ no tiene igual. ¿Alguien sabe lo que es un bledo? Algún día un ejército de bledos se lanzará sobre los hispanohablantes para vengarse de tantos siglos de ninguneo”.
