Lo aseguro el ex Defensor del Pueblo de la ciudad de Salta, Álvaro Ulloa, ante la cantidad de postulantes que buscan ocupar el cargo, en un año donde la elección volvió a despertar interés tras casi una década «sin movimiento» en la institución.

“La Defensoría estuvo vacía en los últimos 8 años. No es nada en contra de Federico (Nuñez Burgos), pero la Defensoría es un espacio de enorme importancia en la intermediación entre el Estado y la ciudadanía, y en este tiempo no se movió, no se lo vio nunca”, afirmó.
Para Ulloa, el rol del Defensor del Pueblo exige independencia política y experiencia: “El defensor no tiene que responder a la misma ideología que el intendente de turno. A mí me tocó con Miguel Isa, éramos opositores, de otros partidos, pero supimos ser independientes. Este es un cargo de diálogo”.
Consultado sobre los candidatos que hoy se presentan, Ulloa fue claro: “Necesitamos a alguien que entienda la política, porque necesitamos política. No necesitamos tipos que griten insultos. No es un cargo para un novato, porque cree que todo es judicial, y tampoco es un cargo para un concejal”.
Durante su paso por la Defensoría, Ulloa encabezó reclamos de gran trascendencia como la lucha contra la suba nacional de tarifas de gas y campañas de concientización sobre temas como violencia de género, cuando aún no ocupaban un lugar central en la agenda pública.
Para él, esa experiencia marca la diferencia: “El Defensor del Pueblo tiene muchas herramientas, puede hablar con funcionarios, presentarse judicialmente, impulsar campañas. Lo importante es que quien ocupe el cargo sepa cómo usarlas y tenga capacidad de diálogo real con la sociedad”.


