El Centro de Identificación Aeroespacial (CIAE) es el organismo argentino encargado de analizar eventos e imágenes detectados en el Aeroespacio nacional y considerados de «interés» por la comunidad de expertos que examina los casos.
Rubén Lianza, comodoro retirado y director de CIAE explicó las actividades desenvueltas por la institución que trabaja con un software especial para determinar el origen de los destellos u objetos no identificados.
El organismo fue creado el 4 de abril de 2019 a partir de una readecuación de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAE). La función encomendada al CIAE consiste en «organizar, coordinar y ejecutar la investigación y análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originados en el Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a los Organismos pertinentes que las requieran”, detallan en el sitio oficial.
Según las cifras recientemente reportadas por el piloto militar a Rosario 3 digital, se recibieron más de 300 casos en los últimos 8 años. Los avistamientos se presentan mayormente en «época estival», momento en que «la gente viaja y le presta más atención al paisaje», explicó el especialista a dicho medio.
Un porcentaje significativo de estos fenómenos corresponde a «defectos de cámara», pudiendo tratarse de «aves o insectos que se cruzan». A esto se suma que en ciertas épocas del año, planetas como Mercurio, Venus o Marte brillan más de lo común, lo cual refuerza la confusión de los testigos que fotografían aquellos objetos brillantes en el firmamento.
Los malentendidos se clarifican tras el análisis del equipo de investigación del CIAE, en cuya página hay un formulario disponible para enviar información sobre avistamientos a través de fotos digitales o videos. El material recibido se estudia con software especial para determinar las causas del fenómeno.
«Para la detección de objetos, se emplean los mismos equipos con los que cuenta el sistema de vigilancia y control del espacio aéreo», indicó Lianza a PERFIL. «Para el seguimiento satelital», continuó, «se utilizan programas que permiten ver sobre un planisferio la posición de todos los satélites de interés».
El monitoreo satelital es imprescindible dado que ciertos avistamientos reportados durante los últimos tiempos corresponden a la red de satélites Starlink, lanzados por la compañía SpaceX de Elon Musk.
Con respecto a la financiación del organismo perteneciente a las Fuerzas Armadas que depende del Ministerio de Defensa, el comodoro Lianza sostuvo que no existe un «presupuesto adicional» destinado para las investigaciones del CIAE. El Centro «funciona con los medios existentes y con el personal en servicio de la Fuerza Aérea Argentina», puntualizó.
El caso se remonta al 31 de julio de 1995, cuando un avión de Aerolíneas Argentinas con destino a San Carlos de Bariloche estaba a punto de aterrizar y ocurrió un fenómeno impactante: el piloto Jorge Polanco aseguró haber visto un OVNI que lo obligó a improvisar una maniobra de alto riesgo para escapar de la misteriosa «presencia» que lo encandiló. El suceso coincidió con un corte de luz que le habían informado al piloto desde la Torre de Control.
El avistamiento tuvo tanta repercusión mediática que el capitán de la aeronave concurrió a la mesa de Mirtha Legrand para exponer su versión de los hechos:
También fueron testigos del evento los comandantes Juan Domingo Gaitán y Rubén Cipuzak, quienes ejecutaban un vuelo sanitario a bordo de una aeronave de Gendarmería Nacional, unos trescientos metros más arriba que el avión de Aerolíneas.
La comisión que investigó el caso comprobó que un hombre llamado Juan Carlos Rivero había ensayado pruebas con un potente proyector que emitió un haz de luz «hacia la base de las nubes», lo cual ocasionó los efectos visuales que alarmaron a los tripulantes de las aeronaves.
A través de una maqueta que reproducía el trayecto de ambos aviones y del rayo de luz emitido por el proyector que había accionado Rivero, el director de CIAE reconstruyó exhaustivamente la escena que conmocionó a los vecinos de la localidad y a la tripulación. Su planteo permitió formular una explicación lógica que dio por concluido el caso Bariloche.
De esta forma, se descartó definitivamente la hipótesis que sugería que el avión pilotado por Polanco había sido perseguido durante 17 minutos por una nave extraterrestre que se desvaneció en el Cerro Otto.
Ciertamente, los avistamientos suelen generar fascinación popular. Con frecuencia se filtran en las redes imágenes o videos captados por testigos ocasionales o bien por personas que se dedican con esmero a la cacería de ovnis, atraídos por la aparición súbita de luces u objetos anómalos. La ufología es la disciplina (cuestionada por la ortodoxia científica) que indaga estas curiosas manifestaciones.
Experiencias de esta naturaleza abren un signo de pregunta sobre la posibilidad de que existan seres extraterrestres, presuntamente dotados de una tecnología sofisticada que les permitiría desplazarse por el espacio y tomar contacto con civilizaciones de otros planetas.
Las opiniones al respecto se dividen entre aquellos que tienen una mirada escéptica y desacreditan de inmediato cualquier hallazgo, en contraposición a quienes argumentan que cada avistamiento constituye un indicio genuino de la existencia de vida inteligente más allá de la Tierra.
Sobre este punto, el organismo dirigido por Lianza trabaja con un enfoque estrictamente científico y abocado a la descripción objetiva de las imágenes recabadas. «El CIAE no se encarga de identificar vida extraterrestre. Por el contrario, el centro se encarga enteramente de la identificación de imágenes», precisó el ex piloto y actual director del Centro de Identificación Aeroespacial, sin profundizar en una postura concluyente sobre la vida extraterrestre.