Cada 22 de julio se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, y hasta el día de hoy, una buena parte del sector padece del incumplimiento de la ley de parte de sus empleadores.
La fecha se instituyó oficialmente, durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en 1983, con el objetivo de reconocer el trabajo no remunerado que realizan principalmente las mujeres en sus hogares.
Además, en el año 2011 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó el Convenio 189, que establece que una empleada/o doméstica/o es “toda persona, de género femenino o masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo”.
En el mes de marzo del año 2013 se sancionó en nuestro país la Ley 26.844 sobre el “Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el personal de Casas Particulares”. Dicho régimen considera al trabajo en casas particulares como toda prestación de servicios o ejecución de tareas de limpieza, de mantenimiento u otras actividades típicas del hogar, e incluye también a la asistencia personal y acompañamiento prestados a los miembros de la familia o a quienes convivan en el mismo domicilio con el empleador, así como el cuidado no terapéutico de personas enfermas o con discapacidad.
No obstante, una buena parte de los trabajadores del sector padecen del incumplimiento de la ley de parte de sus empleadores. Además, de un amplio universo de amas de casa que trabajan a tiempo completo en sus hogares y no se les reconoce su labor.
Históricamente y en muy diversos países, los trabajadores domésticos provenientes de grupos raciales o étnicos desfavorecidos, en general, fueron lo que prestaron los servicios de cuidado para atender las necesidades de los hogares más prósperos.
Fuente: Infobae